Liberty Home

¿Dónde está?

Liberty Home es el orfanato donde colaboramos, situado en Sarpeh. Sarpeh está situado en la región Ashanti de Ghana, a media hora de la ciudad de Kumasi. Es un pueblo en plena naturaleza, tranquilo y muy pequeño donde conviven muy pocos habitantes. Este se reduce a una calle principal y otras colindantes a esta vía donde se pueden encontrar pequeñas casas construidas con materiales reciclados o barro. Paseando por cualquier parte de esta villa nos encontramos con cabras, gallinas, gallos y lagartos que conviven con el resto de la población de forma totalmente libre.

Con respecto a su gente, podemos decir que las palabras que mejor los definen son simpatía y alegría. No dejarán de saludarte en ningún momento, por muchas veces que pases por el mismo sitio. “Bruni” significa blanco o blanca en Twi, por lo que ese es el nombre de todo “blanco” que acude allí. “Hi, Bruni! How are you?” repiten una y otra vez. Al igual que en el resto de la región Ashanti, el idioma que se habla entre los habitantes del pueblo es el Twi, aunque la lengua oficial de Ghana es el inglés.

¿Quién vive en Liberty Home?

Allí nos encontramos con la que hoy día consideramos parte de nuestra familia, una gran familia que día a día lucha por salir adelante. Una familia con una historia tan bonita como dura. Una familia que con el paso del tiempo se ha ido haciendo más grande.

Esta familia tiene su base en Mummy y Daddy, Ms Faustina y Mr Gabriel, un matrimonio que decidió que la adopción de niños huérfanos, junto con sus hijos, fuese su forma de vida. Mr Godbless es el mayor de sus hijos, pastor y coordinador del voluntariado, quien ha cogido el mando del orfanato, dada la avanzada edad de Daddy.

Además, esta gran familia la completan: 

¿Cómo comenzó Liberty Home?

Mr. Gabriel Manu (Daddy) es el fundador del orfanato “Liberty Home”. Fue un niño huérfano desde muy pequeño. Anduvo de un lugar a otro durante su infancia sin un hogar fijo, sin el cariño de una familia. Quería ir al colegio, pero sus circunstancias no se lo permitían. Finalmente, con esfuerzo, consiguió hacerlo. Luchó muchísimo hasta poder tener una vida digna y, cuando creció, decidió hacerse pastor. Se casó con la que, hoy día, sigue siendo su mujer, formando una bonita familia de 5 hijas y 3 hijos.

Se negaba rotundamente a no hacer nada por aquellos niños y niñas que perdían a sus padres y madres o tenían circunstancias familiares difíciles, así que, considerando la educación como un pilar fundamental en el futuro de estos y estas, decidió fundar un colegio. A este acudían niños/as de toda clase, pero, a pesar de ser privado, no todos y todas pagaban la tasa requerida. De hecho, los huérfanos/as vivían allí y a todos aquellos que lo necesitaban se les proporcionaba comida, uniforme, etc. Todo esto se lograba gracias a las ayudas que aquellos que conocían la historia proporcionaban. Desgraciadamente, estas no estaban siempre y había meses que, según nos confiesa, lo pasaron realmente mal, no teniendo ni para comer en varias ocasiones. Daddy, en aquel entonces, era pastor, pero le hicieron elegir entre centrarse en conseguir fondos para la Iglesia o para el orfanato, apostando por este último hasta día de hoy. 

¿Qué hemos hecho?

La primera vez que llegamos la familia vivía en una casa alquilada que se alejaba mucho de lo que se podría considerar un hogar digno. Esta se limitaba a ser una estructura básica sin acabar, sin agua corriente y, como en el resto del país, los apagones de luz son frecuentes. Sólo contaba con dos habitaciones, una para los niños y otra para las niñas, donde, algunos de ellos, tenían que dormir en el suelo por falta de espacio y camas. Faltaba color, alegría, una mesa donde comer todos juntos, etc.

No pasaron muchos días allí cuando nos percatamos de que debíamos hacer algo por cambiar aquel hogar, por lo que nos pusimos en marcha a nuestra vuelta, comenzando con nuestro primer proyecto, la venta de pulseras, con lo que conseguimos recaudar dinero suficiente para comprar el orfanato a fin de evitar el gasto mensual del alquiler a la familia.

A partir de aquel día, pusimos en marcha la reforma de este, proceso que fue posible gracias a todos los voluntarios y voluntarias que hasta allí viajaron para ayudarnos. Tal y como se puede observar, los cambios son bastantes, los niños ya no duermen en el suelo, gracias a las literas, sábanas y almohadas que compramos; los dibujos y colores de las paredes hacen de Liberty Home un lugar más infantil y acogedor; gran parte del suelo ya no es de tierra; ahora hay puertas y ventanas que impiden algunos de los robos que antes sufrían, etc.

A pesar de las mejoras, aún queda mucho trabajo por hacer, por lo que, hoy día, se sigue trabajando en mejorar las circunstancias de estos niños y niñas para poder aportarles todo aquello que necesitan para su desarrollo integral.